Desafío

Rafael Loret de Mola

Si los panistas estuvieran en el poder estarían encantados de preparar el bicentenario del nacimiento de Karl Marx –en Tréveris, Prusia-, en mayo de 1918, precisamente unas semanas antes de que se celebren, si no cambian los vientos violentamente, los comicios presidenciales de ese año y llevar con ello, como siempre acostumbra, agua a su molino. No importa que, en este momento, las pugnas al interior del hasta hoy único partido de la derecha –pronto el Movimiento Humanista obtendrá también su registro a partir de sectas radicalizadas y sin tantos alardes públicos ni exigencias por parte del desahuciado IFE-, se muestre dividido y estreche, por tanto, sus posibilidades de avanzar hacia la reconquista de la Presidencia. La única ventaja para ellos es que la izquierda anda igual... o peor.

¡Cómo les gusta a los panistas viajar y festejar! Tanto que el senador Jorge Luis Preciado, quien sustituyó a Ernesto Cordero Arroyo en la coordinación de la bancada del PAN en la Cámara baja, no observa límite alguno, ni siquiera el del raciocinio elemental, para montarse una fiesta privada, con motivo del cumpleaños de su mujer, en la terraza del flamante y nuevo Senado de la República. Vaya, en ausencia de manifestaciones, ¿por qué se tomaría a mal una celebración de índole familiar? De existir un parlamentarismo serio y una democracia consolidada, un exceso como éste anularía las funciones del responsable –en nuestro país sería objeto de un juicio de procedencia- por el uso particular de edificios y bienes públicos. Pero, no; el “Pacto por México”, al parecer abortado, no alcanza para esto ni para nada. Puro relumbrón en la era de la política mediática y cuando el cinismo llega al extremo de proponer limitar los excesos propagandísticos cuando la clase en el poder sobrevive por éstos.

Máxime cuando, en materia de nepotismo, los panistas se pintan solos. Hace unos días, en Morelia, mientras el señor peña nieto anunciaba una derrama adicional de 45 mil 500 millones para Michoacán -¿saldrán de la chistera del mago o se reducirán otras partidas presupuestarias como la educación a costa de cesar a los maestros disidentes?-, la senadora Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de felipe el ex presidente, se mostró adusta, con el gesto agrio y el talante malhumorado para marcar diferencia sectarias y guardar las distancias respecto al mandatario priísta que tolera, como si nada, el retorno de su predecesor, pese a la carga inmensa de desviaciones y delitos que pesan sobre sus espaldas –no sólo los más de cien miel muertos por los combates inútiles entre mafias sino igualmente por la depauperación económica y la traición al país al posibilitar el camuflaje de efectivos militares estadounidenses en la Armada de México-. Pero Luisa María insiste en que cuanto vemos hoy –desde las reformas hasta el seguimiento de la “guerra”- son continuidad de los proyectos de su fraterno cómplice. ¡Peor para él porque la historia no olvidará esta sentencia!

Las parrandas alucinan a los miembros de la derecha. ¿Será por ello, por el boato imperial, que se trajeron, en el siglo XIX, al barbudo enajenado de Miramar para combatir al más grande de los mexicanos, el Benemérito Juárez? Y otro tanto podría decirse de los fastos multimillonarios que se inventaron con el bicentenario de la Independencia pese a la teoría sobre la excomunión de los religiosos iniciadores de la gesta bajo el alegato de que promovieron la violencia contra el injusto estado de cosas y la sumisión indigna a los insensibles españoles, tan grotescos y glotones como Fernando VII y el usurpador francés “Pepe Botellas”, el hermano de Napoleón.

Cuando menos parece olvidado el “pequeño” negocio de Paty Flores Elizondo, favorita de calderón bien resguardada hoy y sobrina de Rodolfo Elizondo Torres, el duranguense que fue secretario de Turismo, quien administró los ¡mil quinientos millones de pesos! que le costó a los mexicanos la construcción del adefesio llamado “Estela de la Luz”, entre dos rascacielos que no sé si resistirán los terremotos por venir, cumbre de la corrupción del panismo en el poder. Si no quiere “tocarse” al beodo calderón, ¿por qué, siquiera, no nos dan la satisfacción de iniciar las indagatorias sobre la inversión de marras sobre una columnata de espejos absolutamente grotesca y que rompe la armonía arquitectónica del Paseo de la Reforma en la capital del país?

Ni que hablar de la alegría con la que igualmente celebraron el centenario de la Revolución, con festines en petí comité y desfiles carnavalescos, a pesar de que este movimiento libertario, contra la opresión de la dictadura de Porfirio Díaz, fue siempre satanizado por la misma derecha al grado de estigmatizar a sus caudillos, incluyendo al mártir Francisco I. Madero, uno de quienes se dicen sus descendientes encabeza hoy al arcaico PAN, Gustavo Madero Muñoz. ¡Pero bien repartidos quedaron los millones presupuestados para la fiesta en la que sólo se exhibieron rostros azules rodeando el Palacio Nacional, como si comenzaran a sentir la asfixia de la inminente derrota.

Por cierto, en materia de ideología, el PAN es un revoltijo. Entre los fundadores había quienes devenían del Partido Católico, como Efraín González Luna, ultraconservador afín a esta corriente y con nexos profundos con El Vaticano –en materia política, no sólo religiosa-, y otros que marcaban hondas diferencias como el “otro” padre fundacional del partido, Manuel Gómez Morín quien llegó a escribir, para no dejar duda alguna sobre su credo juvenil:

“En cuanto a mi porvenir vacilo entre dedicarme a ser rico navegante en los negocios con bandera de pendejo, la única que salva en este oficio, o lanzarme de profeta de un nuevo mundo alumbrado por el sol de la República Federal Socialista de los Soviets, cuya organización, tendencias y procedimientos me han cautivado”.

Lo expresó así en enero de 1919 –Léase “Los Panistas” de Mireya Cuellar, Ediciones la Jornada, la página 103-, para luego asumir la dirección contraria y así, entre vaivenes, parrandas, alianzas convenientes y traiciones, siguen navegando sus herederos.

Debate

Las cosas que hay que ver. Hace unos días el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa Huerta, llegó con muletas, amputada la pierna derecha por un descontrol severo de la diabetes, flanqueado por el “notable” priísta emilio gamboa y por el panista Ernesto Cordero Anaya; no estaba el coordinador del PAN, Jorge Luis Preciado Rodríguez, porque en ese momento festejaba con su mujer, en la terraza del mismo edificio, el cumpleaños de su mujer con abundancia de comida y licores. La Cámara alta convertida en un salón-bar para relajamiento de quienes sólo piensan en pasársela muy bien seguros de un porvenir marcado por las componendas.

Tal es la versión, corregida y aumentada, de un panismo que no cambió sino que optó por la continuidad de los viejos vicios del establishment, desde los negocios debajo del agua hasta la burla a la voluntad popular como sucedió en 2006. Nadie se salva de ello, ni los que se dicen impolutos en la izquierda y no son sino farsantes e hipócritas, como el represor por antonomasia, manuel bartlett, y el también asesino y ladrón de Chiapas, pablo salazar mendiguchía.

Pero, entre todos, realzo hoy la figura del otrora llamado “chupón” –por su adicción a las botellas en su lejana juventud-, emilio gamboa patrón quien se considera yucateco a pesar de haber nacido en el Distrito Federal en 1950. Esto es cuenta ahora con sesenta y cuatro años –los mismos que tenía mi padre cuando fue asesinado por el gobierno de miguel de la madrid de qué el formó parte por demás trascendente como secretario “muy” privado del entonces mandatario federal-. El personaje de la historia contará con sesenta y ocho años cuando lleguen las elecciones de 2018, lo mismo para elegir al próximo presidente que, en Yucatán, a su gobernador. No sé si se trata de una suerte de consejo de ancianos, como en Roma, al lado de una izquierda ya también envejecida, porque de ser así me sumo a ellos siquiera para encararlos.

El hecho destacable es que emilito, en fase de caducidad mental como lo demuestran sus desvaríos frecuentes y su ausencia casi total de memoria, planeó llevarse a los senadores de su bancada a sostener una “plenaria” con ellos en Mérida, a la que considera el centro de sus querencias familiares. La verdad es que su madre, la Tía Fina –como tantos la conocieron por allí- supo ganarse el cariño de la familia presidencial, específicamente de la señora Paloma Cordero, gracias a su propensión a contar “chiles colorados” que realzaban las reuniones de señoras encopetadas en Los Pinos.

Más allá del precedente, emilito aprovechó el viaje, en los últimos días de enero, costeado por la Cámara alta naturalmente, para posibilitar el arribo de algún grupúsculo a la sede de la reunión con una consigna obviamente bien aprendida:

--¡Emilio para gobernador!¡Nos haces falta!

Por supuesto, los pandilleros, abundantes en la capital yucateca, bien remunerados, no tienen porqué recordar los antecedentes. El pobre gamboa, asido del erario desde la década de los setenta de la centuria anterior –más de cuarenta años de hacer “política” rastrera-, tuvo la mejor de sus oportunidades al final del sexenio de “su” presidente, de la madrid, pero optó por retirarse aduciendo que quería terminar con éste su responsabilidad y no pensaba “distraerlo” con peticiones poco fieles. En el fondo lo que NO quería era enfrentarse a víctor cervera, en cauce de cacicazgo, por un miedo atávico a este amoral sujeto –por fortuna fallecido en 2004-, quien presumía de sus valentonadas pero corría cuando alguien le presentaba cara. Y luego vendría otra oportunidad para gamboa, en 1994, cuando también corrió ante la sombra del imitador del tabasqueño Tomás Garrido Canabal, varias veces gobernador de su entidad hasta que el Tata Lázaro se lo llevó a su gabinete con resultados deplorables por la creación de sus “camisas negras”, infames, que asesinaron a los fieles de Coyoacán a la salida de una Misa. De la misma ralea.

Este es gamboa para quien quiera algo de él. Y puedo seguirle.

La Anécdota

Los antitaurinos se manifestaron, al pie del Hemiciclo a Juárez, encuerados pero con cuernos y dentro de varios ataúdes. Quizá pretendan crear un cementerio para los bureles de lidia como hacen los aristócratas con sus mascotas mientras miles de seres humanos reposan en fosas comunes. Insisto: respeto a quienes, por sensibilidad, no gustan de este espectáculo si bien cuentan con la capacidad de raciocinio suficiente para entender una distinta sensibilidad, la de los aficionados.

Al ver a algunas chicas desnudas y con cornamentas, uno de los testigos no pudo contenerse:

--Están para recibir una gran estocada... (en sentido figurado, claro está y con reminiscencias de camastros de sube y baja).
Otro agregó:

--Si se presentan así en la Plaza... debemos verlos como a las momias de Guanajuato –con todo y sus catafalcos-, y los cuernos que, seguramente, les fueron colocados por sus consortes.

¿Estarán enterados de que muchos seres humanos mueren de verdad y son sepultados, cada día, como fruto de la intolerancia? Por aquí debiera empezar el debate.


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WEB: www.rafael-loretdemola.mx
E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com

EL CINISMO DESCRIBE A LA CLASE POLÍTICA MODERNA. Y NO SÓLO EN MÉXICO, POR DESGRACIA. SUS INTEGRANTES NO ACEPTAN NI CORRIGEN ERRORES NI DESVIACIONES. PARA COLMO, LOS CELOS LOS CORROEN HASTA CUANDO DESTACA ALGUNA FIGURA DE SU MISMO SECTOR, QUE NO PARTIDO. VIVIMOS EN LA ÉPOCA DE LOS USOS FACCIOSOS Y LAS COMPLICIDADES SOTERRADAS MIENTRAS PUEBLOS, VILLAS Y CIUDADES VAN CONVIRTIÉNDOSE EN CAMPOS DE BATALLAS. SÓLO NOS FALTA QUE SE PROMUEVA LA VIOLENCIA, COMO EN MICHOACÁN, PARA QUE EL GOBIERNO FEDERAL “SUELTE” ALGUNOS MILLONCITOS MÁS.
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